jueves, 6 de octubre de 2011

Un mundo de encontradores

Hace varios meses que no escribo, creo que ese es el origen de todos los males en mi vida. Sé que hay un montón de blogs, un montón de libros por leer y de cosas por hacer... pero escribir es auto-analizarse, es entregarse a las pasiones cotidianas, plasmarlas y revivirlas.

Creo que el origen de todos mis males se centra en no poder escribir, es decir, antes me complacía el hecho de llegar todos los días después de la escuela. Pasé varios años así, años de mi vida, plumas, hojas word. Esa era la única constante. ¿Ahora qué sigue? No lo sé.

Tal vez empiece un nuevo proyecto, o alguna novela sin fin, quizá comience un nuevo romance con el vecino y me tome un poco de inspiración, tal vez... tal vez debería dejarme llevar por el llamado del corazón. Eso que recomiendan todos los libros (que últimamente leo) sobre superación personal. El mundo es un sumidero, llévese la mierda a casa, señorita. Algo así.

Con los años, se toma experiencia en el oficio de la escritura. Dejas de inventar personajes, puesto que tú mismo eres varios personajes. Prefieres leer, escuchar, y te olvidas de tomar tu cuadernillo ridículo porque prefieres encontrarte en las palabras de alguien más. Ya sé, patético. Si alguien pudiera escribir sobre tí ¿quién sería? supongo que no hay mejor escritor de sí mismo que uno mismo, y no hay mejor hoja que el camino propio.

No me enojo con la prosa, ni con el verso. No me ataca la aguda idea de no retomar las plumas, sé que todos nacemos para volar, todos. Sólo pido tiempo, tiempo, un poco de tiempo para poder fluirme en este caudal de palabras. Mínimo, terminaré escribiendo un libro de superación personal de alguna empresa multimillonaria distribuida en Walmart, recibiendo miserables comisiones por derechos de autor.

La vida no es tan mala, chicos. Todo es un plan macabro de los extraterrestes, Dios y los malos gobiernos. Fin.

lunes, 23 de mayo de 2011

¿Qué es ser poeta?

Ser poeta es estar atrapado en un cuerpo que jamás pertenece
es reunirte constantemente con la opresión, el encierro
y la claustrofobia

Ser poeta es ser artista
y ser artista es no lograrlo nunca

Allí sólo hay paredes blancas,
los lienzos permanecen debajo de la cama,
a solas.

Ser poeta es no tener nombre, ni rostro
algo similar a la agonía de un fantasma

(Porque hasta los fantasmas son más vistos, leídos
y contados)










miércoles, 15 de diciembre de 2010

Recuerdos

Había días en ese 4to año de primaria donde sentía que todo era posible, no sé si era el aroma a libro nuevo, las rayitas azules de las hojas o la astucia y alegría de la profe Gloria. Simplemente, recuerdo casi perfecto la sensación, tengo presente ese orgullo expresivo. Todo el futuro por delante, toda esa incertidumbre que se convertiría en todo caso, en algo nuevo, maravilloso. Una nueva historia para el mundo entero.

¿Les ha pasado que tienen sentires mucho más claros que las ideas? a mí me pasa seguido, sobretodo con los recuerdos. Hay quienes recuerdan aromas, de repente, les llega esa brisa del perfume que compraron en 1996. A mí me pasó alguna vez.

Lo bonito de aquel día en el colegio, o mejor dicho, de aquellos días en 4to año de primaria cuando prefería narrar historias "sin fin" mientras otros dibujaban. No me lo puedo sacar de la mente, y sé que ya no tengo 8 años pero me siento igual, me gusta sentirme así. Me gusta sentirme con sensaciones tan añejas aunque recientemente haya cumplido 24.

En el fondo, siempre seré la misma niña alegre y emblemática que soñaba con conquistar el mundo. Aún prefiero mirar la ventana cada vez que alguien pone una tabla numérica en mi mesa; todo es tan real, existe un propósito detrás, dentro, entre todo este universo. No me esmero en descubrirlo o descifrarlo, me uno a él en un camino lleno de episodios, personajes, melancolías, triunfos y fracasos.

Me siento bien de haber logrado unas cuantas cosas, me siento mejor (a pesar de los trancazos) de no haber perdido mi esencia, porque déjenme decirles que eso sí es un gran triunfo en la vida.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

domingo, 29 de agosto de 2010

Quiero enamorarme


Tenemos a tumblr, facebook, twitter y ya saben, blogger se convertió en nostalgias; todos alguna vez escribimos o intentamos escribir algo, algunos contamos historias entrañables, algunos nada más queríamos desahogarnos. Todos los demás, por supuesto, dijimos muchas pendejadas.
La idea de tener un diario-blog me parece de lo más interesante, primero que nada porque nunca sabes a ciencia cierta quién te lee y en segundo punto, porque nos hemos vuelto muy egocéntricos.

Lo que me gusta y me sigue gustando de blogger es que escribo, me pongo a escribir como si tuviera algo interesante por decir -aunque sea momentáneo- y esa idea se desarolla y trasciende; me acuerdo cuando mi maestra de Español decía "lo que se escribe perdura a través del tiempo" esa idea se me quedó pegada en la cabeza, ya saben, delirios de secundaria.

Últimamente he estado romántica y apocalíptica, no sé si exista esa combinación de ficción y realidad, no sé cuál sea el significado. Tengo la idea clavada de que debería escribir un chingo de cartas de amor -o algo así- el pedo es que no tengo a quién, lo cual es un jodido problemón.

¿A quién le escribes si no tienes un amor? sí, ya sé, podemos hablar de la revolución, la caída de la economía, los poemas sobre sangre y lucha. Toda esa basura del universo, darle un giro temático y convertirlo en algo hermoso. Pero de verdad, soy de esas cursis que considera "escribir" como un acontecimiento romántico, merece serlo.

Si no me enamoro no puedo escribir, no puedo. Mi único delito es enamorarme de alguien para poder escribir, quiero ese talento de nuevo. Por eso ahora escribo de cosas mundanas como la caída del muro de Berlín, economía mundial, política exterior, esas idioteces que nos hacen ver como "personas inteligentes" lo suficientemente lógicas y críticas. Bueno, ya me cansé de escribir ensayos coherentes y leer sobre teorías de economía. Me cansé de tratar de "cambiar el mundo" porque lo encuentro imposible, no hay nada más hermoso y adorable que yo le pueda entregar al universo, nada, solamente mi amor; en mi caso sería, el deseo de amor.

Yo nací para enamorarme y escribir al respecto. Supongo muchos se sienten así o se sintieron así, una emoción tan sencilla que después se desliza en la complejidad intelectual colectiva. Ah... la esperanza de encontrar una sola alma semejante que te recuerde: no todo esta podrido.

Tal vez no más quiero escribir cartitas de amor y ya.



viernes, 12 de marzo de 2010

Nadie en quien refugiarse cuando se agotan los pretextos. Así es mi vida y parece no cambiar por un largo tiempo.
Veamos, el futuro pinta para estar muy verde. Mañana escribo más en mi cuaderno, blogger es muy impersonal. Les odio. El deseo y el amor es el más grande refugio del odio próximo.