domingo, 29 de marzo de 2009

Nadie me conoce, nadie lo hará.


No sé qué es lo que extraño, porque en algún momento de mi vida todo eso desapareció... pero si alguien me preguntara una parte de lo que extraño, tal vez debería atreverme a decir, de forma descarada y renuente: extraño sentir. No sé si sentirte propiamente a tí, a él, a ellos, a aquellos, a los extraños del nuevo o viejo mundo. No sé. Sólo extraño esas noches llenas de esperanza, como cuando no dejas de pensar en lo bonito que será el amanecer, la alberca al mediodía, el perro corriendo dentro y fuera de la casa, la gata lamiendose sus partes de forma graciosa. Yo sé que es muy trillado y cursi y casi pendejo leer a una mujer en todo su esplendor, hablando sobre la metafísica del romance y el devenir del amor. Yo sé, yo sé que las mujeres somos predecibles en muchos aspectos asi que me gustaría definirme a mi misma sin género o sexo alguno, solamente véanme como un matiz, seré el retoque final de algún pintor que apenas comienza sus lienzos en el camino de la vida.

¿Pensé en algún momento lo díficil que me sería volver a las andadas? realmente no, realmente no me sabía tan difícil y compleja hasta el día de hoy, digo, ya no quiero hablar de precios kharmcos, ni de religión porque me da mucha hueva tratar a fondo todo lo ligado a lo anterior. Digamos, ya no sé en qué fase situacional me encuentro. Puede ser que... es muy tarde, mi última neurona activa muere mientras escribo ésto, caduca, fallece.

A mí me gusta escribir cosas sin llegar a muchos lados, pero nosotros los occidentales y ustedes los occidentales nunca entenderán que existen cosas que la literatura no comprenderá nunca, existen cosas que sólo se sienten... y a uno quizá le da celo compartirlas, porque son muy tuyas, muy mías, muy de nosotros. ¿Ves? aunque si me preguntaras de nuevo... me encanta que me digan las mismas cosas bonitas, cursis, trilladas, me encanta, me encanta más cuando las renuevan con ese estilo propio, me hace sentir especial en un mundo lleno de mujeres igualmente hermosas a mí. Me hace sentir nuevamente todo lo que soy y todo lo que pretendo ser. También me encanta decir cosas bonitas, claro, a veces más que otras veces. Ocasionalmente me agrada solamente mirar con mucho credo de por medio y descubrir si leen atravez de la mirada, ya saben, imaginando una cámara siguiendonos todo el tiempo, captando cada pestañeo, ahí, en ese instante aunque no me conozcas, aunque no te conozca (o me interese conocerte) prefiero imaginar todo aquello que dice la mirada del extraño. Es casi tan sublime como hacer el amor por primera vez, en sí, es perder la virginidad visual en un mundo contaminado con lentes de contacto. 

Ya sabes, me gustan las miradas, me gusta que me gustes... me gusta enloquecer un fin de semana en madrugada, quedarme hasta las 4 a.m. escribiendo, tratando de autojustificar mis emociones irracionales. Al mismo tiempo, me fascina aún más hacerme la difícil o la imposible, añadirle al sistema romántico ese grado de complejidad y abstracción. Quedarme silenciada por el placer de callar. No sé, tal vez un día descubras que existe una morra igual de loca que tú, quizá esa morra sea yo o quizá sea una puta afuera de un tokin. No sé, sólo espero que encuentres a alguien y que te parta toda tu madre, eso te inspirará y te hará una persona igualmente infeliz, pero todo lo que hagas tendrá un toque, un matiz especial... y quizá ese matiz algún día se convierta en un lienzo nuevo, maravilloso, hermoso, sublime. Olvidaremos el pasado, olvidaremos el dolor de los viejos, chance y en esa nueva pintura surrealista nos encontremos, ya sabes, en un cielo medio manchado, en un paisaje medio nublado. No lo veas como una negativa, no, no lo veas como algo particularme malo, es extraño sí, no somos promedio, no merecemos cielos promedio, ni colores promedio. ¿Sabes? No es el hecho de que seamos especiales, únicos e irremplazables, no podría asegurar la existencia de todo lo anterior, me atrevería a decir que solamente nos merecemos en éste instante. Haríamos algo diferente, hagamos algo diferente, besémonos diferente, cojámonos diferente, sedúceme diferente y yo intentaré acariciarte diferente.

No sé, dime que podemos cambiar al mundo aunque sea utópico e imposible, hagamos realidad las falacias sociales, baila un poco conmigo si es que sabes bailar y si no sabes... yo me comprometo a ayudarte o bien, a no reirme de tí cuando bailes como patito mojado.
La vida vale verga, yo sé, todo está tan mal, todo está verdaderamente jodido, no hay salida, ésto es una cárcel de placeres y perdición, pero mira... aquí dentro, frente a frente podemos cambiarnos mutuamente, a ver qué pasa, chance y dominemos todo error humano, chance y sí pega el chicle. No sé, no puedo prometerte nada, no quiero firmarte un contrato, igual mañana se me olvida todo lo que me haces sentir, probablemente así será... 




2 comentarios:

Jorge Pistola dijo...

mucho fridaísmo, mucho esterotipo social, muy poco arte escribes, pero tú, amada mujer, eres arte por tí sola

Lolita Terechkova dijo...

¿Qué te pasa? FD