domingo, 15 de junio de 2008

Veeeen suuuubeee a mi nuuuubeeeeeeeeeeee

He llegado a la conclusión de que mi vida y personalidad es demasiado disfuncional para Hermosillo, o sea, aunque no fuese lo que soy física, emocional, espiritual e intelectualmente con todo y errores... Aún así sería exactamente la misma, un poquillo más infeliz.
O sea Hermosillo es una ciudad bien loca basicamente no hay nada divertido, las mismas pedas, la misma gente, el mismo güey que te tira el pedo, la misma pareja de batos que son novios desde hace mil años, derrepente unoqueotro desconocido, mismos dramas, la neta ahora entiendo por qué en esta ciudad el índice de alcoholismo y drogas son mucho más altos: No es porque nuestro gobierno sea una mierda, no, ni porque el narco rife durísimo, nha, todo se reduce a que es un lugar ABURRIDO. Sí, la gente aquí es tan rara que ni yo misma me entiendo.
Ya no sé si es un pedo mío, quizá es mi viaje malviaje, no sé si sea la época, ubicación geográfica, clima, nivel socio-económico-cultural, pero así como que las cosas fluyen de una manera extraña. No voy a decir que no me la paso de agasajo, claaaaro, yo me la paso de agasajo porque siempre termino haciédolo aquí o en China... el punto es que en Hermosillo no hay muchos puntos divertidos de encuentro, todo es demasiado predecible para mi gusto. En serio, las cosas predecibles no son cool, digo, no se trata de que uno viva en una película de suspenso diariamente pero... acá las horas pasan como camellos cruzando el desierto, y en general (sin hereir sentimientos) la mayoría de las personas no tienen mucha conversación. Las mujeres sólo hablan de su peso, y del mismo novio que tienen desde hace 10 años. No sé, tal vez en algún momento estuve "destinada" a vivir y hacer lo anterior pero en el camino me desvié y valio verga, de cualquier modo ME SALVÉ. Jajajaja
Y bueno, los hombres de Hermosillo... a esos hace muchos años que dejé de tomarlos en serio; cuando tienen la oportunidad de hablar contigo o deplano no saben ni qué decir o bien, se dedican a farolear de lo que tienen. Todos amamos la sociedad yuppie en la que vivimos.
Ay, no sé, tengo un chingo de ganas de bañarme en una alberca... en serio, quiero una alberca.

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