martes, 21 de julio de 2009

the more I see myself, the more you see me

Cuando se construyen barreras tan grandes como el muro de Berlín, ¿se supone que llegue una revolución chingona a derrumbarla? porque aún, en mi mente, al menos, espero esa clase de revolución que sé bien no llegará porque la lógica cotidiana, la retórica universitaria, me dan diferentes caminos que jamás llegarían al barranco del derrumbe.
Y... ya no sé qué pensar sobre los grandes cambios evolutivos, porque, si uno lo analiza demasiado te das cuenta de que ser demasiado coherente es igual de incoherente que, ser completamente incoherente. Entonces, hoy pensé que da lo mismo si soy vegana 3 años y después decido que estaba siendo "exagerada" asi que... me trago 2 burros percherones de una sentada.
El punto es -quiero creer- que me he encargado de construir un muro lo suficientemente grande, exacto y maravilloso para impedir cualquier movimiento. Ahora, después de algunos años, ¿qué diablos sigue? ¿cuál es la siguiente etapa que los historiadores y sociólogos marcarán en sus libros de texto? y sí, llegaré a ese punto donde no me importe nada y sea igual que una mayoría, porque probablemente la equivocada soy yo. Nadie mas que yo. En soledad uno se da cuenta de lo díficil que es revertir las dificultades impuestas, no más, por fun. Ya no sé qué le deparará el mundo a mi vida, si las ilusiones valdrán la pena.
No más sé claramente que construí un muro tan grande y hermoso. No sé cómo escapar de mí, porque ya ni la muerte me ofrece la respuesta.
La puta mente, las putas ilusiones, los putos sueños. Estoy en el callejón sin salida de mi habitación y ya es hora de dormir.

2 comentarios:

Jorge Pistola dijo...

creo que te esta pasando el "síndrome de la palabra repetida" o el del "chicle sin sabor", cuando uno repite muchas veces la misma palabra tiende a perder sentido fonético y significado en sí, lo mismo que un chicle masticado en exceso pierde el sabor pero uno lo mastica por costumbre, que quiero decir? que quizá cuando entorpecemos la vida creyendo que la podemos controlar y que todos los hombres, mujeres, amistades y relaciones y estereotipos y opciones y posibilidades y oportunidades y fracasos nos son dados cada vez con más obsoleta monotonía y con un tono jodón de repetición perdemos el sentido y al final sólo aparece la coherencia incoherente, la aceptación/negación o resignación/duelo de que la vida es más grande que nosotros, que la impotencia está más pegada a nuestra piel que los pelos, o cómo diría mónica naranjo "sólo nos queda el abismo", pero sabes.. no tengo palabras de aliento hoy, sólo digo que las coincidencias en este precipicio son sumamente lindas y que es muy agradable ser tu vecino, y claro que te quiero y te respeto más, a la medida de mis posibilidades guapa..

Lolita Terechkova dijo...

Me encantó eso de las coincidencias lindas. :)