lunes, 27 de octubre de 2008

No supo esperar al amor

Y así fue como empezé a experimentar el amor, o mas bien, el amor comenzó a experimentar sobre mí. Toda calamidad e injusticia.
A veces eres la escalera de muchos pero pocas veces ellos son escaleras triunfales. Víctimas del doctor corazón, ¡mal amigo, ese desgraciado! se hace pasar por un hermano y te tiende la trampa del olvido; Caí boca abajo, duro hasta el suelo, me levantó la realidad con sus brazos dormidos, me acogió cual madre nefastísima llena de razón; La venganza es el único consuelo para las almas terrenales, torbellinos de Ideas, sacrilegios inalcanzables, herejía pura, asesinos es lo que somos.
La gente pasa a mis espaldas, sobre de mí, a mi lado y me siento tan yo misma que me da miedo adelantar el paso. Tiemblo, grito, muerdo y corrompo a todo aquel que atreva enfrentarme ¿qué me da la vida si yo no he de tener a nadie?, coman de mí aves humanizadas, acuchíllenme con sus largas entrañas, el dolor es un perfume dulcísimo para los locos de pasión. Háganme suya si he de serlo, atrévanse, escondan las manos, los pies, pero quédense con esa boca sucia y lávenla en casa. Sus camisas me las pondré de vez en cuando para ver qué se siente no haber sido nada. No es una amenaza, mucho menos una promesa... es lo que siempre ha sido y nadie se ha atrevido a decir por pena a quedarse solo.

3 comentarios:

PinkHopes dijo...

que fuerte texto.
y padre.

Jorge Pistola dijo...

el olvido es la única venganza y el único perdón; creo que este texto nace del olvido, pero que le aplican a uno

Fernanda Leyva dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.