sábado, 16 de agosto de 2008

La diplomacia en el amor

Así por primera vez después de mucho tiempo escuché y me dí cuenta de que quizá tengo más de lo que mis ojos terrenales pueden ver (o quieren ver) porque no es un asunto de intuición, ego o charlatanería; La ciudad amanece cansada y fría aunque haya dormido toda la noche. Pienso tanto en llorar y llorar no deja de pensar en mí, que me siento particularmente halagada.
Estoy en la lúdica añoranza de algún fin del mundo o de un que otro incio de todos los tiempos, aquí, allá, lejos, cerca, hoy, mañana. Nunca.

4 comentarios:

Diversa Luberza dijo...

Ja ja, claro... llorar por un@ mism@ es un acto egocéntrico, pero qué dominios, si no lo hace un@ nadie más lo hará. Brindo por la cercanía del fin del mundo "La decadencia, la solución final"

Jorge Pistola dijo...

será que, llega pasando mañana?

PinkHopes dijo...

pero que llegue!

Lolita Terechkova dijo...

KIIII
dejenme en paz!