Así por primera vez después de mucho tiempo escuché y me dí cuenta de que quizá tengo más de lo que mis ojos terrenales pueden ver (o quieren ver) porque no es un asunto de intuición, ego o charlatanería; La ciudad amanece cansada y fría aunque haya dormido toda la noche. Pienso tanto en llorar y llorar no deja de pensar en mí, que me siento particularmente halagada.
Estoy en la lúdica añoranza de algún fin del mundo o de un que otro incio de todos los tiempos, aquí, allá, lejos, cerca, hoy, mañana. Nunca.
4 comentarios:
Ja ja, claro... llorar por un@ mism@ es un acto egocéntrico, pero qué dominios, si no lo hace un@ nadie más lo hará. Brindo por la cercanía del fin del mundo "La decadencia, la solución final"
será que, llega pasando mañana?
pero que llegue!
KIIII
dejenme en paz!
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