Este día comenzó particularmente raro, no pude conciliar el sueño toda la noche, me puse a indagar en la internet por horas. Encontré muchos buenos recuerdos por allí: textos, conversaciones, fotos, blogs, vidas de viejos amigos, etc. Llegué a una conclusión dentro de una perspectiva "realista" algo positiva por así decirlo... -Mi vida no estuvo, ni ha estado tan jodida- bueno, hasta hace unos momentos.
Al poco rato me preparo para ir a la escuela eso sí emocionada por ver a algunos de mis compañeros inclusive, hago incapié en el hecho de que me saqué la ceja y me puse relativamente guapa, y entonces ya se imaginan, pasó lo que no quería que sucederia... reprobé estadística y solamente por un desgraciado punto, claro, al maestro le valió pito mi esfuerzo y ya siendo honesta el maestro no tiene la culpa de que yo no sirva para los números. Digo, lo que es.
Ahora, de camino a casa no pude dejar de pensar en todas las cosas que necesito, cosas por hacer, decir, leer, estudiar y el poco tiempo que tengo, no sé por qué siempre he sentido como si me estuvieran corretiando, en realidad nadie ejerce una presión o autoridad precisa sobre mí como para sentirme con ésta carga moral; Diablos, aún así siento como si tuviera todo que perder o ¿la vida acaso me odia? ¿dónde quedó el Dios bueno y bondadoso que siempre se apiadaba de ésta mujer? jaja No voy a decir que -nada puede ser peor" porque he descubierto que cuando digo esa desgraciada frase la ley de la atracción universal me hace una justicia que ojalá me la hicieran en otras cuestiones por tanto me limitaré a decir que me está llevando la vil puta verga. La verdad, no tengo palabras filosóficas o poéticas para adornarlo. Si mi ventana estuviera en un sexto piso (de perdida) sí me aventaba. O sea, no tengo trabajo y solo logro conseguir trabajos miserables, reprobé una materia porque estudio en un sistema en el que exijen más de lo que ellos mismos dan o quizá estoy muy pendeja (incluso, pueden ser ambas no hay pedo), vivo en un lugar en el que físicamente no me siento cómoda, mis mejores amigos viven a miles de kms de distancia de mí, el dinero no me alcanza, mi gobierno y sistema tampoco me da muchas opciones y dijeran ustedes "al menos" ésta pobre mujer tiene sexo salvaje y desenfrenado con alguien bueno, eso tampoco sucede.
Yo lo sé, no es tan grave, no es el fin del mundo, uno reprueba, se divorcia, te vuelves a casar, te cambias de escuela, te masturbas, coges con extraños, puedes usar o no condón si así lo deseas, seguirte masturbando, conseguirte un novio rico que te resuelva la vida, esperar a que el destino te depare cosas buenas, entre mil más. La neta, aunque suene alucinado, sarcástico y pendejo... a veces, solamente me pregunto si verdaderamente vale la pena vivir dentro de un sistema, mundo, planeta, universo, en el que más allá de ser un juego entre retos y aprendizaje, se puede llegar a convertir en una rotunda pesadilla; porque quiero creer que no soy la única persona en el mundo se ha planteado lo anterior. En días como hoy me pregunto mil veces ¿vale la pena vivir?, ¿vale la pena aprender?, ¿vale la pena confiar y creer? Al final de cuentas todo termina siendo un juego de entre suerte y sacrificio, una pizca de kharma. Mientras unos viven a toda madre, otros la pasamos de la verga las veinticuatro horas del día y se dice, se comenta que los suicidas son los cobardes, que los vagabundos son los cobardes, o cualesquiera que no pudieron lograr algo en su vida, pero en todo caso si el aborto es hasta cierto punto permitido -aunque nadie lo acepte abiertamente- y existen una bola de Derechos Humanos en los cuales apoyarnos, ¿por qué chingados no podemos ser libres también de abortarnos del mundo? I mean como diría Mónica naranjo: "Amáme o déjame, pero no me tortures hasta el amanecer" digo, sé que es una nacada esa canción pero me siento exactamente de ese modo. Si me quieren atar atenme bien, o mándenme a la puritita verga, pero esas putas medias tintas me estan orillando a tirarme del segundo piso y eso va doler un chingo...
En todo caso, ¿qué sabe el pinche mundo de mi dolor? ¿y yo, qué sé del dolor del mundo? obviamente NADA.